lunes, 31 de octubre de 2016

Viajar te hace aprender y crecer a diario...

       A casi dos meses de mi partida de Argentina, siento que puedo hacer pequeños balances. Quizás es muy pronto, quizás no. Lo que quiero manifestarles es el amplio crecimiento y aprendizaje que he vivido en estos 60 días. Tal vez, el bimestre que me ha marcado más en toda mi vida. El hecho de que cada día sea un desafío, hace que la experiencia sea súper atrapante. El escribir de un lugar que no tenía ni idea que existía y tratarme con gente que no conocía es un placer para mí. Creando relaciones humanas día a día. Conociendo lugares, personas, viviendo momentos fabulosos.

      En el momento que sentí que debía realizar este viaje, empecé a soltar, a quitar amarras a objetos y comenzar a pensar sobre lo que quería de mi vida. A dejar de ser materialista! Qué materialistas que somos! Aunque lo neguemos! Siento que a pesar de que muchas veces uno puede asimilarse con personas que realizan experiencias similares, o son personas viajeras; a cada uno lo mueve algo personal para lograr hacer lo que ama.


      Hay llamados, hay situaciones, hay mensajes que te influyen tanto, que te mueven fibras que no las manejás, que te hacen pensar y reflexionar en tu pasado, presente y futuro. Como muchas veces he dicho, en Argentina sentía que mi vida ya estaba escrita, que podía chusmear las hojas siguientes y me veía haciendo cosas y viviendo momentos que no me interesaban. Por eso, decidí que mi vida la debía escribir el destino y un poco también, que sea guiada por mí mismo,


        Sentí que me podía morir en cualquier momento, en cualquier lugar, que eso no lo manejamos nosotros. Que eso no es ser pesimista, es ser sumamente REALISTA. La vida no se detiene, y el mundo no se va a detener cuando dejemos de existir. Y eso es algo que deberíamos tener sumamente en cuenta y no mirar hacia un costado, queriéndolo evitar.

        Como les decía, decidí no aceptar una vida que no quería llevar a cabo, y decidí que la vida es aquí y ahora. Decidí agarrar mi mochila y echarme a andar. Jugármela, desafiarme, crecer y madurar (que actualmente lo vivo a diario,y esa sensación es hermosa). Y que uno nunca sabe si va a ser largo o corto el camino, pero siempre te marca. Más cuando vivís en un lugar , y no sólo estás de turista 15 días.

          También afecta el estar lejos de casa, de familia, de amigos, de costumbres, de personas conocidas, de momentos. Vaya si afecta! De no tener la certeza de cuando los vas a volver a ver, realmente. Pero, ojo, que no te detenga eso y que no llores a diario por eso! Pero eso mismo te hace salir poco a poco de tu zona de confort, lo veo necesario en la vida de una persona. Algunos no lo habrán vivido aún, otros lo vivirán de otra manera, y yo sentí que tenía que salir de esa zona viajando, estando fuera de mi sitio.

       Y desde estas humildes líneas, animo a quién lo desea, que quizás está mucho más cerca de lo que cree de poder realizar su objetivo, y que nada se puede realizar sin esfuerzo y sin pérdidas. Que no considero pérdidas, que considero simplemente que uno vive otras situaciones, que uno crece y madura de otra manera. Y el saber convivir con estos aspectos es lo que te hace concretar tu sueño...

GRACIAS POR LEERME!!!

viernes, 21 de octubre de 2016

San Sebastián

        Hace casi un mes, a mediados de septiembre, me asomaba a la capital de Guipúzcoa, San Sebastían (Donosti) con el grupo de estudiantes extranjeros que me acompañó al principio de mi estadía por el PaísVasco.
           La belleza de San Sebastián es magnífica, realmente uno comprende porque el turismo ha sido el motor de la ciudad desde hace un tiempo, no demasiado lejano, pero lejano, en fin. Cosas y hábitos de la realeza, hicieron que comenzar a vacacionar en la ciudad y atraer a extranjeros desde tierras remotas, fuera moneda corriente.

         Su cercanía con el vecino país de Francia, (la separan escasos kilómetros), hicieron que Donosti se convirtiera en una ciudad muy con el estilo afrancesado, con tintes diferentes al resto de Euskadi, incluso como comentaba, el hecho de que veraneara la realeza, las personas de alto poder adquisitivo, no dudaron en instalarse en la pequeña ciudad.

         Fue escenario de intensas luchas contra las tropas francesas, y fiel reflejo de ello, son los cañones que aún se conservan en lo alto del Monte Urgull con sus fuertes que custodian la ciudad.

             También estuvimos en el Monte Igueldo. Subimos en un funicular y desde la cima apreciamos la preciosa panorámica de la Bahía de La Concha. Todo el paisaje es demasiado bonito, la combinación de naturaleza y mar dentro de una ciudad pequeña, hace un marco entrañable.

En la cima del Monte Urgull
           También sobre el mediodía pude disfrutar de la playa (la temperatura del agua estaba bastante templada a pesar de que era otoño), y de una competencia de triatlón que se disputaba ahí mismo, así que lo disfruté por partida doble. Ver deportes en un lugar encantador, qué más se puede pedir a la vida!
          En cada momento de pensamiento, no podía dejar de imaginar y pensar lo que debe ser vivir la vida en un lugar como este. Llevar a cabo las actividades cotidianas con estos marcos, esta posibilidad constante de hacer deportes al aire libre en un break de laburo, o cuando dejaste tus hijos del colegio y te queda un huelgo de tiempo hasta arrancar la jornada laboral. Increíble!

           Incluso se festejaba el Festival de Cine justo ese día! Tamaño acontecimiento se daba cita en la ciudad. Eso hacía que fuese incesante el devenir de personalidades relacionadas a las estrellas cinematográficas, pero que no impedía que los surfistas sigan buscando las mejores olas muy cerca de donde se encontraban los cinéfilos.
El Peine de la Costa
          Realmente la ciudad me encantó, me alucinó! Vaya novedad, no? jajaja. Pero en verdad, era más de lo que esperaba. Eso que no la conocí casi nada, ofrece mucho más de lo que observé yo en mi corto día de paseo. Quedará en el tintero para otra visita en un futuro no tan lejano...

GRACIAS POR LEERME!!!



Mirador del Monte Igueldo

jueves, 13 de octubre de 2016

Molino de Aixerrota, La Galea y Sopelana

Una imagen captó ese momento que les comentaba de disfrute frente al mar.
         Uno de mis primeras salidas en Bilbao fue ir a La Galea y Sopelana, una de las zonas de playa y costa más cercana a Bilbao. En frente al puerto sería, la entrada del Mar Cantábrico a la ciudad, o la salida,según cómo se lo observe. Fuí con un grupo universitario que está de Erasmus en Bilbao (Chicos desde Lituania a Nueva Zelanda, de Finlandia a México, de Eslovenia a Chile) y me colé en el grupo al haber hecho amistades en el hostel.

        Fue  la primera vez que miraba el mar que todos mis parientes vieron cuando fueron a Argentina, para luego virar a babor hacia el Atlántico y cruzar el charco. Una sensación muy agradable, de pertenencia a ese lugar, a pesar de que sólo habían pasado unos días de mi llegada a Bilbao.

Acantilados y Molino de Punta Galea
             Esta es  Punta  Galea específicamente, con su característico Molino de Aixerrota, constrído en 1727 (Adjunto link de Wikipedia) que aún sigue en pie, uno de los pocos de Bizkaia. Desde aquí se puede apreciar el puerto y esos hermosos acantilados blancos muy similares a los de Calais. Dan una idea de inmensidad, de magnificencia, incluso es precioso cuando las olas acarician sus rocas.

    Muy cerca, me había olvidado de decir, se observan algunas playas, una de las que se arriba con el Metro practicamente hasta la costa, a sólo unos metros están las estaciones, haciendo muy común a pasajeros del mismo portando funboards, retros y todo tipo de tablas.

Otra pic del Molino mientras caminábamos...


Al fondo aquí no se aprecia tanto en la imagen, pero hay un parque eólico en el mar.







Esos bancos frente al mar muy típicos de estas zonas, en los que puedes meditar por largas horas mientras la vida pasa por un costado...
Todavía me rehuso a las selfies, jaja.




De fondo serían los barrios de Portugalete y Santurtzi, en la margen izquierda.



         Existe un sendero peatonal muy accesible que une La Galea con Sopelana y las demás playas, en el que la cercanía con el mar le dá un marco precioso. Lo suelen usar peatones,y también ciclistas. Muy cerca se encuentra Plentzia también...

         Otra de las playas a las que se puede llegar con el Metro es"La Salvaje", playa nudista, en la que se puede observar cierta libertad, pero que no todos sus veraneantes hacen gala de su nombre, puedes concurrir en traje de baño y encontrarás que la mayoría está usándolos. Como particularidad, está rodeada de acantilados y las playas son bastante extensas. 
Playa "La Salvaje"

Playa "La Salvaje"


            Como dato de color, puedo decir que es notable la mayor temperatura de las aguas con respecto a Mar del Plata, habiendo días en los que el agua no baja de los 20°C hasta bien entrado el otoño.

Playa "La Salvaje"
GRACIAS POR LEERME!!!

lunes, 3 de octubre de 2016

Larrabetzu

         
   Ir al pueblo donde nació mi abuela y sus hermanos era uno de esos sueños de toda la vida, de los que tachás de la "Lista de cosas para hacer antes de morirse". Y se imaginan cómo me sentí cuando taché este sueño de la lista.

           Principalmente por lo espiritual que era y lo mucho que formaba parte de mi interior más profundo. (Se va a completar cuando finalmente conozca el pueblo de mi abuelo materno, allá por Camporredondo del Alba, pero eso se hablará en un futuro).

         Acá me trajo un sueño, como les comentaba, de años. Y uno de mis principales razones de venir a España era para conocer mis raíces. Son los deseos de conocer el lugar y la casa de dónde nace la mitad de la sangre que corre por mis venas.

     Al llegar caminé por sus calles y observé diversos carteles en Euskera, imaginando su significado,asumí que la presencia de la identidad vasca fluía libremente por las calles de este poblado.


         Y de repente, estaba parado allí, inmóvil, disfrutando de ese momento de silencio, pero que notaba que estaba plagado de diálogos y preguntas.





        Cómo habría sido la niñez de mi abuela y sus hermanos, los imaginé corriendo alegremente por los prados aledaños, colaborando con la familia en sus tareas domésticas, yendo a la escuela, observando los mismos cerros que yo estaba viendo en ese instante, etc.

       Fue muy emotivo y conmovedor, asumo que fue uno de esos momentos que más me movieron en mi vida, porque el vivir esto no me lo dará nada más en la vida.








           Ya de vuelta en el camino, recorrimos el que sería el segundo hogar en la infancia de mi abuela y sus hermanas. En el camino seguí imaginando todo el Cinturón de Hierro que bordeaba la zona, y cómo los vascos contuvieron a las tropas contrarias con fiereza y alteza.




      Llegamos a la casa. El pan esperaba colgado en el picaporte de la puerta de la casa. Esta casa ya se encuentra en el pueblo en sí, a sólo unos pasos de la Iglesia de Larrabetzu (Término en Euskera para llamar a Larrabezúa) , sólo la separa una vereda. Actualmente, una de las paradas del bus que te trae de Bilbao te deja en su acera.


         No me quiero ir. Siento que pertenezco a este lugar. La sangre que corre por mis venas hace su hueco para bajar a través de estos valles, de estos sinuosos senderos que desaparecen en la frondosa vegetación. Pero será un Adiós por ahora, sabiendo que algo de mí, siempre circula por estos aires.

Me despido del pueblo entre sus calles. Como dicen por acá, "Te metes en el Euskadi profundo cuando visitas los pequeños pueblos que rodean a las grandes capitales vascas"...


GRACIAS POR LEERME!!!

Londres 2018

      Volver a Londres a fines de agosto del 2018 significó mucho para mí. A decir verdad, esta vez venía de Bilbao, de acña cerca. Era...