lunes, 28 de noviembre de 2016

Mundaka

   
            Mundaka no es sólo esa gran ola izquierda de 400 metros que atrae a surfistas, kitesurfistas y windsurfistas de todo el mundo. Mundaka es mucho más, y así lo descubrí ayer en mi viaje matinal (como de costumbre, me encanta esta rutina, viajar madrugando un poco luego de laburar el día anterior por la noche, y antes de entrar al otro día a la tarde...) a este bello lugar.



   





            Arribé en el bus, como suelo acercarme a los pueblos que hacen de satélites de Bilbao. Y es que están realmente cerca, anda aproximadamente a 40 kilómetros Mundaka de Bilbao. Increíble! Está al lado!

       Me bajé del bus, luego de una amena y breve charla con el conductor,quién me indicó los horarios y lugares de los autobuses que paraban en Mundaka, y en Bermeo, para que tenga diversas opciones a mi disposición. Llegué a eso de las 8:20 al pueblo, el cual tibiamente parecía despertarse, pero que aún no lo hacía, dándome la sensación que yo sólo caminaba sus calles. Y es muy probable que así lo fuera...

        Siempre que llego a lugares de este estilo, suelo ir a la oficina de Turismo, para intercambiar unas palabras con alguien del lugar y que me distinga los lugares claves a visitar. Aunque hoy en Internet esté "todo", muchas veces me rehúso un poco a ampliar en forma exponencial mi conocimiento basado en la web. De todas maneras, siempre sirve leer un poco en la red, cuando los pueblos son muy pequeños,o aún duermen, ambas situaciones que se daban en mi llegada a Mundaka...

        Luego de recorrer su pequeño casco urbano y sus pintorescas calles y casas típicas de la costa vasca,diviso el pequeño puerto y el mar. Siempre me causa algo especial que un pueblo tenga mar, creo que a todos les sucede esa sensación de que estás conectado al mundo, por más aislado que estés. Y a decir verdad, ahora que pienso, es así. A pesar de que la tierra nos une, el mar lo hace con todas las partes del planeta...

        Algunos barcos yacían amarrados a las marinas, y una hermosa parroquia se galanaba pegada al mar. Custodiando esa famosa ola izquierda que nace en estos hermosos lugares. A lo lejos divisaba la Isla de Ízaro, esa misma que trajo tantas disputas entre los habitantes de Bermeo y Mundaka por su pertenencia, y hoy es celebrada en la fiesta de Magdalena. También se divisa todo el estuario de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai con abruptos acantilados y zonas de playa como el extenso Arenal de Laida. Es decir, toda la desembocadura del Río Oka al Mar Cantábrico.



       Luego de un breve paseo por el pequeño puerto y ver muy bonitas casas, llegué a la Ermita de Santa Catalina. Hermoso templo ubicado en una zona privilegiada, cercano al mar y donde se respira una paz muy profunda...











          Luego de reposar por unos minutos, decidí emprender viaje caminando hacia Bermeo. Me separaban sólo unos kilómetros por una bella senda siguiendo el mar y contemplando paisajes únicos...

GRACIAS POR LEERME!!!

lunes, 14 de noviembre de 2016

San Juan de Gaztelugatxe

 
    Mañana libre en el laburo, anunciada una ventana de buen tiempo por la mañana. Sin pensarlo mucho más, madrugo un poco y decido tomarme el Bizkaibus 3518 rumbo a Bakio en la noche bilbaína. El amanecer llega y comienzo la aventura hacia un lugar mágico: San Juan de Gaztelugatxe.

         



     45´de bus me acercaron a Bakio, un hermoso pueblo pesquero muy cerca de Bermeo, en el que la pesca y los hermosos paisajes son una hermosa conjunción de elementos. La pesca ha sido y aún lo es en menor medida lo que le ha dado vida a estos lugares mágicos del Mar Cantábrico.



Leyendas en Euskera que reflejan que debemos transitar con precaución mientras transitamos el sendero...

     El chofer del bus, muy amablemente, me explicó el recorrido que debería realizar para llegar a la Ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Serían 45´aprox de caminata sobre la costa rodeando preciosos valles con sus pintorescas casas con su rebaño de ovejas y pequeñas parcelas,donde, como hace cientos de años, el estilo de vida es muy similar. Pareciera que la vida se hubiera detenido en estos lugares. Yo creo que explica mucho el sentir de Euskadi y su relación con el medio, y lo fuerte que se conectan a su tierra.


     Luego de serpentear varios senderos entre bosques, la vista es la de las fotografías. Descubrí esta maravilla! Ermita donde antes se asentaba un castillo del siglo X (Sí, es increíble la historia que tiene este lugar, no sólo es precioso, es sumamente importante en la historia del País Vasco.  Por acá pueden ver más info en la Wikipedia) , donde los oriundos de la zona aseguran que varios monjes hace cientos de años ocultaron el Santo Grial en sus diferentes pasos por el mundo.



     Cuando iba llegando, no dejaba de pensar en barcos que han trabajado sin cesar en los campos del mar, que han permitido alimentar a generaciones. Y también reflexiono sobre aquellos barcos de piratas y navegantes (como Francis Drake que atacó el lugar hace cientos de años, sí el mismo, el del Pasaje, jaja) que han sido parte de la historia del lugar y muchas veces tristemente han azotado y destruído sus elementos, para que luego, gracias a la ayuda de voluntarios, pudiera resurgir y brillar con su magia tan especial.

Muchas personas se han casado en este lugar tan mágico...

El interior. Observen la importancia vital del mar reflejada en todo su esplendor. Es una ermita muy especial.
             241 empinados escalones me separan de la cúspide, en la cual toco las 3 campanadas,sinónimo de buen augurio. Las mismas 3 campanadas que aún se tocan como sinónimo de buena suerte, fertilidad en las mujeres, y las que escuchaban los barcos luego de realizar varios giros en el mar, como agradecimiento por la buena pesca.

Refugio de peregrinos que está en muy buen estado y en el cual la gente se puede quedar a pernoctar.

           Qué se puede decir del lugar? No alcanzan las palabras, es alucinante! La conexión que se siente es muy profunda. Dá la sensación de que los restos de uno deberían de quedarse acá cuando deje de existir, querés formar parte de estos escarpados acantilados que mueren en el mar...


         Tuve la fortuna de ir justo un sábado, día en el cual varios voluntarios realizan obras de refacción en el lugar, el cual se encontraba abierto, algo muy raro para el visitante. El orgullo, la amabilidad para conmigo y la pasión que transmiten estas personas para con el lugar, me hacen entender lo que significa esta Maravilla Natural para todos los vascos, principalmente para los que habitan en sus zonas aledañas.

Los 241 escalones! :)

 Miro desde arriba y veo Santander entre niebla en el fondo, y en la otra dirección, el  Faro Matxitxako, ya cercano a Bermeo, que refleja su luz por millas en el mar, y evita que los barcos lleguen a peligrosas rocosas...



 Me despido de este lugar, sabiendo que volveré en no mucho tiempo. Teniéndolo tan cerca, dá ganas de sentir esa energía e inspiración nuevamente, en cualquier momento. Y agradezco a la vida por permitirme conocer lugares tan bellos! :D


GRACIAS POR LEERME!!!
Sendero de vuelta. Al fondo, Bakio.

martes, 8 de noviembre de 2016

Ganekogorta

           Miro el pronóstico el lunes a la noche luego de llegar del laburo, y veo que va a llover al día siguiente y varios días más, jajja. Y sí, estás en Euskadi, me dirían acá. Por lo tanto, decido amigarme con el txirimiri y decido que el día martes emprendería una travesía por el Ganekogorta (cima de 998 metros), la cual hacía varios días quería ascender.
       Antes de comenzar, puedo decir que el Ganeko era uno de los montes bocineros de Vizcaya, donde se convocaba a Juntas Generales hace unos años, mediante hogueras y el toque de cuernos.

        Es un monte muy querido por los vizcaínos junto al Pagasarri ("Paga" para la gente de acá). Cabe destacar que el Ganeko es la cima más alta de las sierras del sur de Bilbao, así que su ascenso requiere un cierto nivel de destreza, a pesar que sus senderos son relativamente fáciles.

        Como les decía, partí desde Rekalde, previo ascenso al Paga de pasada y continuar el nuevo sendero (para mí) hacia elGaneko. Durante todo el recorrido obviamente que llovió, así que a ponerse la capucha y seguir corriendo y en algunas partes andando, ya que me costaban las cuestas empinadas (aquí mi crudeza en la situación de correr en desniveles, pero ojo que poco a poco voy avanzando, jaja).

       Párrafo aparte para toda la gente mayor que asciende el Paga y todos estos montes, caminando bajo el paraguas, unos genios!!! Jamás se me había ocurrido! Una vez más, acá compruebo la tenacidad y resiliencia de los vascos a adaptarse al clima. Claro, llover no deja de llover, pero ellos se adaptan a él, sin excusas, y eso me encanta! A dejar de quejarse, y pasarlo afuera aunque el clima intente detenernos! 



         Yo mientras seguía ascendiendo entre senderos con algunas coníferas y árboles más bajos, serpenteando entre piedras y barro de los sinuosos y entretenidos caminos. Avanzaba cada vez más, y la cima del Ganeko se escondía tras las nubes y una espesa niebla. Me encantaba la situación, porque era como si la cima me dijera: "No me voy a dejar ver hasta que no me asciendas, luchá para conseguir verme y tocarme. Yo estoy por estos lares, esperándote...".


El ortzadar (arcoiris) cerca de Alonsotegi... 
           Cada vez más arriba, la baja temperatura se hacía sentir. Había salido con algo de 7°C y allá arriba debía hacer varios grados menos. Pero no importaba, ya estaba más cerca, quedaban unos pocos metros sobre el último sendero que abrazaba otras cumbres y te llevaba a lo alto del Ganeko.
          Por ahí, luego de recorrer la mayoría del trayecto y acercarme a la cumbre, vislumbré algo que no imaginaba ver en ese momento: NIEVE!!! Sí, era nieve sobre la ladera del monte! Qué grata sorpresa fué tenerla entre mis manos! Luego ya hasta había un poco en el camino, junto a los torrentes de agua que bajaban desde lo más alto y hacía que la nieve fuera desapareciendo poco a poco. 

          Ya finalmente cerca de la cima, veo entre la niebla el mojón geodésico que indicaba los 998 metros. Había llegado!!! Todo esto lo viví con un intenso y frío viento que intentaba impedirme sacar fotografías, pero por suerte, no lo logró y pude capturar algunos momentos que quedarán grabados por siempre en mí. Esas imágenes de momentos mágicos, que te acercan a la identidad vasca,que te hacen sentir más aún de esta tierra, que conocen de mis raíces, lugares que han visto y sido vistos por mis antepasados en otras épocas, y que hoy tengo la grata oportunidad de estar viviendo, recorriendo y disfrutando...

           Me despedía y comenzaba el descenso con una amplia sonrisa por los bellos paisajes vistos y admirando varias aves rapaces que parecían decirme: "Hasta la próxima", y que sabía que eran los propietarios de estas tierras junto a la demás flora y fauna, que habita estos lugares...


GRACIAS POR LEERME!!!













El siempre oculto por la niebla y ansiado mojón de la cima...




Comenzando el descenso hacia Bilbao...

La cima está custodiada por hermosos cóndores...

Los buitres me despedían desde lo alto...

Londres 2018

      Volver a Londres a fines de agosto del 2018 significó mucho para mí. A decir verdad, esta vez venía de Bilbao, de acña cerca. Era...