lunes, 24 de septiembre de 2018

Toulouse


Arte urbano en las esquinas más transitadas.







        No arribé a Toulouse en pleno esplendor de la ciudad. Ya que nos tocó vivirla desde muy temprano y en su estación de ómnibus cuasi abandonada (o así parecía, al menos). Decidí darle tiempo a la city, dejarla amanecer y sentirla de otra manera.

      Algo húmeda con los primeros rayos de sol entrecortados por la lluvia de aquel marzo del 2018. La ciudad no es demasiado grande, unos casi 500.000 habitantes, pero se sentía así. Sin embargo, su disposición urbana me pareció bastante práctica. Y bien conectada por subte, inclusive. Fue por esos estrechos interiores de sus vagones, por el medio por el cual arribé al centro con una amiga argentina.
Basílica de San Sernín


    Unas capillas y catedrales que enaltecen el centro urbano, hacen que la ciudad esté pintada de una historia excepcional. Ya que, como numerosas ciudades europeas, el paso de diversos pueblos, ha dejado su huella arquitectónica y cultural en los espacios que han ocupado. A su vez, esto ha dejado una interesante fusión de corrientes dentro y fuera de las ciudades. Una huella indeleble que marca los pueblos y ciudades, y Toulouse no es la excepción a la regla.

        Ya es una ciudad bien francesa, como Bordeaux. Destaco esto, porque son ciudades sureñas, y su cercanía a España (a pesar de que muchas veces hace que haya mucha gente oriunda de esos lares), no es un factor determinante. Uno ya respira ese aire galo. Y eso está presente en las ropas de la gente, sus estilos, la arquitectura típica, el tráfico, plazas, etc.  Quizás su dato de color, justamente, sea que a la ciudad es conocida como La Ville Rose (“la Ciudad Rosa”) por los ladrillos de dicho color que rebalsan en lo urbano.

Como ciudad estudiantil que es, se pueden observar cientos de jóvenes a diarios por sus estrechas calles hacia sus centros de estudio.
         Cabe destacar, que la ciudad es muy caminable en uno o dos días. En ese tiempo podés recorrer todos los principales puntos neurálgicos, los cuales son muy bellos. (Algunos detallo en las fotos correspondientes).

El bonito e importante Puente Nuevo
Exterior del Convento de los Jacobinos
Convento de los Jacobinos por dentro
Monumento en homenaje a Los Caídos en Guerra

          En conclusión, me gustó mucho la ciudad. Es una de esas aglomeraciones que no descartaría para vivir (Igual iría con algo de francés básico, ya que no la encontré muy amigada ni con el inglés, ni con en español, a pesar de no tener problema para comunicarme en esas lenguas para los quehaceres turísticos de un día). No sé, la siento amigable, como cercana, por así decirlo.

El dato de color de la visita a la ciudad fué estar en la fachada de la casa donde nació "El Zorzal", el gran Carlos Gardel. La casa está ubicada en la calle Du Canon d’Arcole 4, y en su portero eléctrico nombres de provincias argentinos reemplazan los típicos números de los pisos...





GRACIAS POR LEERME!!!

Londres 2018

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