jueves, 8 de febrero de 2018

Caminando por la costa

        De esos días que ansiás salir a caminar. A recorrer los lugares cercanos a casa, pero que a la vez están tan lejos. Y sobre todo, que te hacen ir tan lejos. Lo veo necesario a eso de salir un poco de tu yo interno y disfrutar al 100% de lo que vés, de lo que vivís a través de los sentidos. Salir a caminar como si tuvieras 5 años de la mano de un mayor, o como si tuvieras 80 años. En las dos puntas de la vida, no?. Simplemente gozando de estar vivo. Y eso, me puse las pilas y encaré esos más de 25 kilómetros...

Puente Colgante de Vizcaya
            Me bajé del subte cerca del Puente Colgante (Patrimonio de la Humanidad). Saqué algunas fotos. Me apoyé a la baranda y disfruté del aire que me pegaba en la cara. Luego, a ritmo "de aitite", comencé a caminar por la costa sonriendo a los viejitos que habían salido a moverse. Me detuve en cada rincón que "veía una foto", cual turista. Bah, creo que sigo siendo turista a pesar de conocer en forma bastante profunda Euskadi, Jajaja. Ese sentimiento es medio extraño. Muchas veces, te sentís reee local, y otras, un turista. Y a su vez, sabés que no sos de acá, y no te "deberías" sentir local. Como verán, son sentimientos encontrados...

Lllegando a La Galea...
     Caminé y caminé por la costa, recorriendo las intrincadas, angostas y preciosas callecitas del Puerto de Getxo, la costanera de La Galea, Neguri, Barrika, Sopelana y arribé a Plentzia luego de circular brevemente al costado de la ruta en el último tramo...




LLEGADA A PLENTZIA >>>>>>



        En Plentzia, hice parada técnica a modo de avituallamiento. Comida de súper (único lugar abierto en el mediodía nublado) y reponer energías sentado a la orilla de un río con poca agua, el cual muere en el mar a los pocos metros. Se ven numerosas embarcaciones de recreo amarradas a los diversos muellecitos a lo largo del pueblo.

     Luego, prosigo con la caminata. Esta vez, piso la arena de la playa de Gorliz y luego de algunas fotografías, tomo el camino que me llevará al Faro. 


Pasando el trayecto de La Galea

        La llegada al Faro de Gorliz se hace por un sendero asfaltado. Es bastante transitado y parte de él, besa el mar, pasando por unos verdes acantilados. Son preciosos estos paisajes pegados al Cantábrico. Se siente mucha paz y los sonidos de la naturaleza aún se conservan intactos: las olas, el viento en el bosque, los cencerros de los animales que pastan en las pequeñas parcelas o montes, algunas aves, algún motor que ronca a lo lejos, etc...
Arribando al Faro de Gorliz
CAMINO DEL FARO DE GORLIZ A ARMINTZA >>>>>>>>

       Luego que se traspasa el Faro, rodeamos algunas trincheras de la Guerra Civil que aún se conservan en los puntos altos de buena visibilidad.  Se aprecian en silencio estas cosas. (Y nunca aprenderé a entender las guerras, ni los conflictos armados).
Acá el camino, (el de Gran Recorrido), que está marcado en algunos palos con las típicas franjas albirrojas, se hace sinuoso y serpenteante. El día que fuí yo, había llovido en los días previos (y algo durante el tramo final). Por lo tanto, había algo de barro. Aconsejaría unas buenas zapas para algunas partes del trayecto...

Más allá del Faro de Gorliz. Llegando a Armintza...

       Del Faro a Armintza (mi destino final) no hay muchos kilómetros. Serán 6km. Sin embargo, llevan un poco de tiempo (aproximadamente una hora y pico), porque se hace en terreno ondulado. Peeeero, las vistas son alucinantes. Eso de asomarse entre las plantas y ver el mar en el medio de la nada. Bien salvaje. Sumamente puro. Acá abundan los silencios. Y la conexión con uno mismo, y con el magnífico entorno.

        Finalmente, se arriba a Armintza por la parte superior del pueblo, entre los bosques y cerros. Esto hace que hasta los perros más diminutos te ladren al pasar cortando sus afortunadas siestas en sus casas...

GRACIAS POR LEERME!!!

Londres 2018

      Volver a Londres a fines de agosto del 2018 significó mucho para mí. A decir verdad, esta vez venía de Bilbao, de acña cerca. Era...