domingo, 2 de julio de 2017

Irún

     Ida a Irún. Sí, decididos a cruzar la frontera limítrofe y arribar a Francia, aunque sea al lado de Euskadi, pero cruzar el río, y por consiguiente, el límite territorial. Pero eso ya será otra entrada: lo de cruzar "Al otro lado del río", diría Jorge Drexler, jajaja.
Primero hablemos de Irún, ciudad de unos miles de habitantes, a dos pasos de Donosti. Incluso se arriba en unos minutos de colectivo. Y es más, de Bilbao, es al toque, estás ponele en hora y media aprox.

      La ciudad es chica, pero tiene su atractivo. Una de sus calles principales, la Colón creo que es, es muy movida y hay mucha vida. Incluso me gustó que había muchos nenes y gente joven, cosa que escasea muchas veces en algunos recónditos pueblos euskaldunes.

      Esta vez llegamos en cole con mi hermana, nada de "el romanticismo de los trenes que arriban a cientos de pueblos y se te van 3 horas, jajaja". Fué bastante rápido, en 1h50´saliendo de Bilbao, como les decía. La verdad que Irún es bastante predecible en lo que a orientación se refiere, aunque fué de mucha ayuda pedirle indicaciones a unas amables viejitas que atendían un supermercado, y luego a un viejito de una relojería, quién no se contentó con darnos indicaciones de atrás del mostrador, sino que además salió a la calle y nos explicó "in situ". Ah, claro, les aclaro, porque andábamos buscando la Estación de Trenes.

        A la vuelta de Hendaya, paseamos en la tardecita de Irún, bien mochila en las plazas y por algunos puestos medio hippies (que acá están atendidos por africanos y peruanos, o bolivianos. No se ven rastas, ni se escucha mucho reggae en los puestos, como suele haber en otros lugares).


      Ciudad que estaría buena para vivir, no es ni cheta, ni con aire afrancesado como Donosti. Es un pueblo con vida, es una linda combinación. Se percibe que esta cerca de la línea limítrofe. Sin embargo, apenas se escucha francés en sus calles. Por no decir, que es imperceptible este detalle. Digamosló, no se escucha nada del idioma galo, jajaja. Es más, la onda en muchos momentos me hacía parecer que era Balcarce o algo así, bien deja vú, jajaja.

      Luego después de haber andado unas horas, bus de vuelta y "agur" Irún con una sonrisa en el rostro a través del cristal del bólido lleno de pasajeros de diversas nacionalidades. Esa última frase, jajaja.

GRACIAS POR LEERME!!!

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