lunes, 11 de diciembre de 2017

Rioja Alavesa


      Mensaje de un amigo de Tres Arroyos acercándome una invitación para viajar de Aretxabaleta hacia La Rioja Alavesa con su tío y dos amigos. Sin dudarlo, acepté. Me pareció una excelente manera de aprovechar mi día libre. Conocer lugares nuevos junto a amigos.
        Viaje conversacional y disfrutando de los paisajes de los valles vascos hasta que nos internamos en La Rioja Alavesa profunda. Las panorámicas detallan un poco de lo vivido. Precioso lugar!


 Claro, por ahí el hecho de desconocer una zona ayuda al hecho de que te asombre tanto el cambio de paisajes. O eso quizás sea lo que sucede en muchos lugares de Europa. El cambio total de superficies y paisajes en muy poco espacio. Y esto ocurre también en Europa, en lo referido a culturas, idiomas, costumbres y gentes.

        La Rioja Alavesa es una llanura rodeada de pequeñas cadenas de sierras de picos de mediana altura. Lo más preponderante es el cultivo de la vid. Pràcticamente integra es la superficie dedicada a esta fruta, y la zona es mundialmente conocida por sus vinos tintos, sus "crianzas"... La gente labura en la planta, en la fruta, bien artesanalmente. Un trabajo super sacrificado, en el que se congregan muchas personas en pequeños espacios. Una labor que se hace brote a brote, uva a uva, centímetro a centímetro.


        Es increíble la cantidad de bodegas. Muchas familiares y otras de renombre con ostentosos edificios que están rodeadas por hoteles cinco estrellas. Los diferentes matices, no? Los distintos negocios que conviven en el mismo espacio. Y así uno puede degustar un vino tanto por tan sólo 1 euro, o bien por 5, y mucho más.

          Personalmente, fué como un grato recuerdo ver un poco de extensión llana, de campos. Hacía varios meses que no veía algunas hectáreas de llanura (a pesar de que esto, se aleja de esas tierras con 40 centímetros de humus y una gran capa de verde encima de esos campos hermosos del otro lado del continente, jaja).  Bueno, y eso, de vez en cuando existe una melancolía en mí recordando paisajes. Eso es lo que tiene vivir en Euskadi, jaja. Ahora que lo pienso, me vendría bien salir a "tomar campo" de vez en cuando...

         Otra cosa singular que encontré es que los pueblos tienen el color de las tierras que lo rodean. Es decir, un tono ocre, que me hacía acordar a las peliculas del Lejano Oeste o a esas que se grabaron en zonas desérticas de África. Suena a medio fantasma, pero si un día tienen la suerte de visitar estos lugares, me darían la razón. Es que te deja esa sensación. Como les dije anteriormente, es fabuloso como cambian los terrenos en poco espacio. Bueno, y también cambian los límites provinciales en unos poquitos kilómetros. Cosa llamativa para alguien que recién arriba a estos lares...

GRACIAS POR LEERME!!!


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